¿Qué cualidades debe tener un buen argumento jurídico?
Diplomado Argumentación Jurídica
El objetivo de este Diplomado es que los alumnos desarrollen capacidades argumentativas e interpretativas, logrando aplicarlas en su labor profesional al redactar demandas, promover recursos, llevar audiencias orales e interpretar derechos usando la ponderación y la proporcionalidad.
Un buen argumento jurídico, para ser efectivo y persuasivo, debe observar varios principios fundamentales que garantizan su solidez y legitimidad. Estos principios ayudan a estructurar el razonamiento de manera coherente, asegurando que el argumento sea comprendido y aceptado por su audiencia, ya sea un tribunal, un órgano administrativo, o cualquier otra entidad.
A continuación, se detallan algunos de los principios más importantes que nos pueden ayudar a construir argumentos jurídicos dotados de la mayor calidad posible:
1. Claridad: El argumento debe ser expresado de manera clara y precisa, evitando ambigüedades o confusiones que puedan debilitar su fuerza. Esto implica usar un lenguaje específico y definir adecuadamente los términos utilizados.
2. Relevancia: Todos los elementos del argumento deben ser relevantes para la cuestión jurídica en discusión. Esto significa que la información presentada debe tener una conexión directa y significativa con el caso o problema a resolver.
3. Consistencia: El argumento debe ser lógicamente consistente, es decir, debe carecer de contradicciones internas. Las premisas y la conclusión deben encajar de manera coherente, de tal manera que la aceptación de las premisas lleve lógicamente a la aceptación de la conclusión.
4. Suficiencia: Las evidencias y razones proporcionadas deben ser suficientes para sostener la conclusión. Esto implica un análisis exhaustivo y profundo de los hechos y la ley aplicable, asegurando que se haya considerado y abordado adecuadamente toda la información relevante.
5. Objetividad: Aunque el argumento jurídico puede ser presentado para defender una posición particular, debe basarse en una evaluación objetiva de los hechos y de las normas aplicables al caso concreto. Esto requiere un análisis imparcial de las pruebas disponibles evidencias y del derecho aplicable, evitando sesgos personales o prejuicios.
6. Legalidad: El argumento debe estar fundamentado en el marco legal aplicable, incluyendo leyes, reglamentos, jurisprudencia y principios generales del derecho. Esto significa que debe hacer referencia a las normas pertinentes y aplicarlas correctamente al caso.
7. Persuasión: Además de ser lógico y coherente, un buen argumento jurídico debe ser persuasivo. Esto implica presentar las razones de manera que permita resultar convincente a la audiencia respecto de su validez, haciendo uso de técnicas retóricas adecuadas sin sacrificar la objetividad.
8. Respeto por la jurisprudencia: Los argumentos deben considerar y respetar la jurisprudencia existente, especialmente los precedentes establecidos por tribunales superiores. Esto no solo añade autoridad al argumento, sino que también asegura su alineación con el desarrollo y la interpretación actual del derecho.
Estos principios son simplemente ejemplos que nos van a permitir dotar de mayor calidad y efectividad a nuestros argumentos jurídicos, reflejando igualmente un compromiso con la justicia y la integridad del proceso legal. Argumentar bien es una muestra de rigor profesional y de compromiso ético que todo abogado debe tener como permanente guía en su trabajo cotidiano.