El Estado constitucional es un modelo de Estado en el que el poder político está regulado y limitado por una Constitución. La Constitución, que generalmente suele ser de carácter escrito, establece los principios fundamentales de la comunidad política, los derechos de todas las personas y la organización de los poderes públicos. Este modelo tiene su origen doctrinal en el pensamiento de la Ilustración y representa una evolución respecto al modelo del Estado absoluto que existió antes de finales del siglo XVIII.

Las principales características del Estado constitucional de derecho son:

1. Supremacía de la Constitución

 – Esto implica que la constitución es la norma jurídica fundamental, a la que deben ajustarse todas las demás leyes, reglamentos y decisiones administrativas de todas las autoridades.

2. Principio de separación de poderes

 – Los poderes legislativo, ejecutivo y judicial se depositan en diferentes personas y tienen establecidas competencias diversas, de forma tal que entre ellos existen equilibrios y controles recíprocos, evitando de esa manera la concentración del poder en una sola entidad o persona.

3. Protección de los derechos fundamentales

 – La Constitución reconoce los derechos y libertades fundamentales de todas las personas, sin discriminación alguna y sin que puedan ser alterados o restringidos por los legisladores o los poderes administrativos.

4. Control de constitucionalidad

 – Existe un mecanismo para verificar que las leyes y decisiones públicas cumplan con el marco constitucional y convencional. Esta función suele ser desempeñada por un tribunal constitucional, una suprema corte u otros órganos equivalentes.

5. Participación democrática

 – El Estado constitucional se asocia a menudo con una forma de gobierno democrática, en la que el poder deriva del pueblo, pero se ejerce según dentro de los límites constitucionales.

6. Principio del Estado de derecho

 – El Estado funciona según leyes preexistentes y conocidas, y todos, incluidos los gobernantes, están sujetos a la ley. Ninguna ley puede tener efectos retroactivos para perjudicar a las personas.

En resumen, el Estado constitucional de derecho es, por tanto, un sistema en el que el poder político está sujeto a normas y principios que tienen como objetivo garantizar la justicia, la igualdad y la libertad.

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