¿Qué significa ser mujer abogada?
2da edición
Relatos cortos sobre la libertad, la igualdad y empoderamiento de las mujeres en el Derecho.
Maestrías
Estudia un posgrado bajo una metodología práctica y eficaz de aprendizaje. Especialízate en áreas del derecho que te van a abrir muchas oportunidades profesionales.
Hermosillo, Sonora
María José Caraveo
Ser una estudiante de abogacía en México, es realmente complejo al mismo tiempo que maravilloso y gratificante. Esto por el hecho de que, por ser mujer, las cosas se vuelven un poco más difíciles al momento de la credibilidad de tus conocimientos. Se tienen muchas trabas al momento de empezar a conocer más allá de los libros teóricos y las anécdotas de los mismos licenciados que fungen como profesores. Sin embargo, no hay nada más gratificante que lograr solucionar un problema con tus propios medios y demostrarle al sistema que esas trabas no son nada para una estudiante sedienta del saber y la justicia.
Ser mujer dentro del mundo de las leyes, significa trabajar el doble. Pero, como está en nuestra naturaleza, al primer tropiezo, le siguen pasos firmes y determinados.
Ser la abogada que fungirá como ejemplo para las próximas generaciones, es el impulso que necesito para seguir adelante.
Esto empezó muy en lo personal desde que me quitaron a mis hijos; el deseo y el hambre de hacer justicia porque no hay dolor más grande que la impotencia de no tener a mis hijos y de que mis “defensores” no hicieran hasta lo imposible para hacer valer la ley.
Me ilusiona pensar en lograr este sueño anhelado y cumplir la promesa que les hice a mis hijos de ser abogada y ayudar a mujeres que han sido violentadas por su pareja o familia.
El reconocer a una mujer su esfuerzo de tan cansado camino, es el aliento de seguir adelante con la bonita profesión de ser Abogada.
Pamela Mildret Martínez Ramírez
Hermosillo, Sonora
Soy estudiante de derecho. Estoy en mi último grado y al empezar a litigar me percaté de la desventaja tan grande que llevaba, no solo por no tener experiencia en el campo laboral, sino por ser mujer. Día a día se vive la desigualdad, los hostigamientos, la falta de respeto a nuestro trabajo. A mis 23 años me siento orgullosa de haber escogido la carrera de abogacía, me siento orgullosa de ser la primera mujer abogada de mi familia, porque sé que les estoy abriendo las puertas a mis futuras generaciones y enseñándoles a no ser conformistas, a no dejar que nadie las haga sentir menos, a que levanten la voz y luchen por sus sueños.
Es hermoso saber que más mujeres como yo estamos desempeñando una profesión que fue “diseñada para hombres”.
Ana Karen Lozano
Guadalajara, Jalisco
Ser abogada, es más que un título o un papel por desempeñar; es una profesión que compromete mente y corazón. Pues en la mente ideamos lo que creemos necesario para mejorar la realidad de una o de muchas personas, de aquí emana el conocimiento que plasmamos en las decisiones y defensas que expresamos. Pero de nuestro corazón la forma en la que lo hacemos; de nuestro corazón brota la pasión y el coraje que necesitamos para llevar nuestras acciones a cabo, es de donde sale nuestra valentía y sobre todo el lugar en el que guardamos nuestros motivos para perseguir nuestros ideales de justicia. En mi caso, mi mayor ideal de ser abogada es hacer que la justicia deje de ser utópica para muchos y, sobre todo, concluir la misión que una de las tantas víctimas de la corrupción y la impunidad mexicana me dejó.
Lourdes Feregrino Montes
Querétaro
Ecuador- La Troncal
Georgina Isabel Feijoo Feijoo
Ser abogada es trabajar a diario para poder transformar el derecho y lograr que la justicia actué de manera racional; es prepararse de conocimiento, de sacrificio, de obstáculos constantes, de inteligencia. Siempre tenemos esa alternativa y soluciones al caso. Ver más allá de lo que nosotros imaginamos: la disciplina, la perseverancia y tener esa habilidad de comunicarnos con las personas. Seguir estudiando y prepararnos para estar actualizados cada día y ser en el futuro todo lo que hemos soñado.
Mi mayor deseo siempre ha sido luchar por el bienestar de la sociedad y así poder afrontar el país en el que vivimos lleno de mucha corrupción, de fracaso, de menosprecio. Hay que saber demostrar que con esfuerzo, dedicación y entrega podemos llegar a lo que nosotras aspiramos; solo es cuestión de actitud, de valentía, es ir más allá de las limitaciones, arriesgarse a equivocarnos, pero después levantar con más fuerza y aprender de todas las experiencias buenas y malas.
Soy estudiante de la Lic. en Derecho en el Estado de San Luis Potosí. Estoy por culminar la carrera y estoy muy emocionada. Hace casi ya tres años decidí estudiar derecho porque a mi primera perspectiva se me hacía una carrera que velaba por la justicia en mi país y que siendo yo abogada podía ayudar a que ésta se impartiera, además de contribuir a que México fuera un país justo y soberano.
A lo largo de mi preparación me he sentido muy optimista al ver que somos muchas mujeres que hoy en día quieren prosperar y que comparten conmigo el gusto por la carrera. Actualmente, podemos decir que el género femenino sigue siendo vulnerado en muchos casos, pero ahora y cada vez más somos más mujeres apoyándose las unas a las otras.
Mayra Alejandra González Coronado
San Luis Potosí
Me parece un verdadero placer ver y vivir que los tiempos cambian para bien. Parte de estos cambios es que las mujeres seguimos preparándonos, luchando para la aportación y búsqueda de cambios positivos en nuestro entorno.
Es un placer reconocer el esfuerzo y dedicación de todas las mujeres abogadas, porque cada una tiene su propia historia. Estoy segura de que si han logrado esto ha sido una constante lucha a las adversidades que se nos presentan constantemente en nuestros entornos, ya que muchas ejercen un papel muy importante en la sociedad: como; madres, esposas, etc. Y a pesar de todo siguen preparándose y trabajando para dar lo mejor de ellas como profesionistas. Es una dicha poder decir y afirmar que una mujer profesionista es: dedicación, fuerza, inteligencia y responsabilidad.
Un privilegio es ser abogada y poder ejercer una de las profesiones más nobles desde nuestra perspectiva como mujeres.
María de la Paz Zárate González
San Miguel de Allende, Guanajuato
Actualmente, estudio la licenciatura en Derecho y tanto como estudiante o como abogada la mujer atraviesa diferentes situaciones de clasismo frente al género masculino. Históricamente, las mujeres mexicanas hemos sido marginadas en varios ámbitos. La situación actualmente no cambia mucho; hay una gran inequidad salarial, así como el constante acoso que todas, en algún momento, hemos vivido y por lo cual honro con mucho respeto a las primeras mujeres activistas. Ellas se organizaron y lucharon de muchas maneras; uno de los primeros ejemplos fue el Primer Congreso Feminista de Yucatán, en 1916.
Todo esto conlleva una lucha constante de la cual somos capaces de hacer y demostrar en este ámbito del derecho. Alcemos la voz y demostremos que las mujeres estamos presentes con una mayor habilidad para cambiar estructuras con mayor igualdad y equidad. Siempre es un gran día para ser mujer y para ser abogada.
Ana Paulina Martín López
Mérida, Yucatán
Ser mujer y abogada es un acto revolucionario, toda vez que durante mucho tiempo fue una profesión solo de hombres.
Descendemos de una larga lucha por ejercer nuestros derechos laborales, sociales y la no discriminación. Ser la fuerza que representa hoy por hoy la realidad de ser mujer, de honrar y atrevernos a vivir la experiencia conjugada de superación académica, personal, social, del reto a la profesionalización combinando responsabilidades que permitan no descuidar y asumir un nuevo rol familiar, todo ello para lograr una mejor calidad de vida y empoderamiento económico.
La abogacía es un trabajo altamente exigente pero también muy gratificante, pues trae inmersa la resiliencia, ética sólida, el crecimiento intelectual y emocional de ser profesionista.
Soy mujer de ciencia, servidora pública activa en la construcción de una sociedad más humana, justa, equitativa y empática.
María Galarza
Guadalajara, Jalisco
Fresnillo, Zacatecas
Alondra Gutiérrez Ramírez
Es una pasión incalculable que se vive todos los días. Para mí, es la realización de una lucha que empezaron mis abuelas y bisabuelas. No fueron a la Universidad, pero reclamaban el reconocimiento de sus derechos; llevaban en sus ojos y en sus manos la sed de justicia, el deseo constante de superación para poder ayudarse y ayudar, que guardaron sus voces, pero sembraron en mí la vocación. Aquellas que vivieron antes que yo; que su sangre corre por mis venas; las mujeres de mi vida que después se multiplicaron en tantas otras que recorren las calles con la misma agonía; son ellas a las que represento.
Significa también ser esperanza, consuelo y apoyo para las víctimas, admiración para mis hijos, ejemplo y motivación para mis alumnos, significa compromiso y amor por nuestro país.
Mujer empoderada. Empoderada a poder dar, empoderada a poder ayudar, a poder brindar, a poder hacer, a poder apoyar, a poder no hacer, a poder inspirar, a poder ser y entregarse a la abogacía por una visión humanista; basándose en principios del jurista y valores de la justicia social inspirados por la filosofía del Derecho… Que el empoderamiento femenino en el derecho tenga sus bases en la excelencia argumentativa jurídica. Saber argumentar, saber delegar, saber exponer, saber abogar, saber defender como saber debatir y saber litigar. Para darle fundamentos a los elementos probatorios pertinentes en tiempo y forma.
Karla Barrera
El Salvador
Tantas veces me he preguntado frente al escritorio qué significa ser mujer en un mundo de hombres; ser mujer en contra corriente. Si la vida misma está hecha por y para ellos: ¿Qué hago aquí en un mundo de abogados, jueces … ¿El término “jueza ” es correcto?
En busca de respuestas me acerco a mujeres que admiro, pues segura estoy que ellas me habrán de dar la respuesta correcta a esa pregunta que resuena todos los días: ¿a los 18 años elegí bien lo que quiero hacer por el resto de mi vida?
¡Oh sorpresa! No había respuesta. Cada una tenía un significado distinto, pero compartían el mismo motivo: cerrar la brecha; por nuestras hijas, nuestras madres y abuelas; por las mujeres que no podían hablar; por quienes no tuvieron oportunidad. ¡Nosotras estamos aquí! Abogadas fuertes, poderosas, sensibles y amorosas.
Arisajandra Ramos
Acapulco, Guerrero
En la realidad tan compleja de todas las mujeres responder esa pregunta es más complicado de lo que imaginamos. Las primeras dos palabras que me vienen a la mente para responder esa pregunta son: respeto y admiración. Ejercer esta profesión, tan complicada y señalada, representa un reto que con gusto volveríamos a elegir las veces que sean necesarias. Sin embargo, los contratiempos que vivimos cada día en el ejercicio de nuestra profesión van mermando poco a poco en nuestra esencia. Es decepcionante y frustrante que nuestra capacidad se vea cuestionada por el hecho de ser mujeres, como si nuestros conocimientos y títulos no fueran igual que el de los hombres. Desafortunadamente, nuestra sociedad no ha logrado desprenderse de las ataduras del machismo; ese machismo que cuestiona nuestra capacidad. Por eso, ser mujer abogada significa fuerza, entereza y, sobre todo, una porción doble de valentía.
Ana Karen Mérida Herrera
Bahías de Huatulco, Oaxaca
Puebla, Puebla
Itzel Aguilar Carrillo
Ser mujer abogada mexicana significa: constancia, esfuerzo y perseverancia para alcanzar mi sueño. Conlleva grandes sacrificios para traer grandes cambios a nuestro México. Poder decirle a la sociedad soy mujer abogada intelectual con conocimientos para defender lo justo.
Ser mujer abogada significa ser valiente, fuerte, independiente. Es atreverte a ver la vida desde otra perspectiva. Es haber vencido al sistema. Ser mujer abogada es agradecer la histórica lucha que nos respalda por poder tener la libertad laboral que hoy tenemos; es la oportunidad de transformar nuestro entorno.
Por todo esto y mucho más Ser Abogada Mexicana es un gran trabajo lleno de inspiración.
Ser abogada representa un logro más allá del estudio y el título profesional, pues estos no son más que simples requisitos de ley para llevar a cabo la verdadera batalla de la vida jurídica. Resulta complejo conceptualizar a una abogada hoy en día, ya que la misma figura de ser abogada en el ámbito del litigio representa la culminación del poderío femenino mostrando la cara de la feminidad mezclada con la audacia y la inteligencia jurídica; sin duda son figuras que causan un choque cultural al mundo jurídico agremiado por hombres.
Por lo tanto, ser abogada es destacar todos los días en tu trabajo, es defender los derechos de tus clientes, sin dejar de lado los tuyos, frente a las autoridades; es estudiar y esforzarte el doble para poder conseguir el triunfo; es cometer errores y enmendarlos y, sobre todo, es destacar en el mundo del derecho.
Verónica de Jesús Cajiga Laguna
Zumpango, Estado de México
Ser mujer y abogada en México es sentir orgullo de saber que más mujeres pueden ejercer esta noble profesión. Es demostrar con hechos, así como con acciones que las abogadas buscamos día con día mejorar la situación jurídica de todas las niñas y mujeres; porque estamos convencidas que aún hay situaciones de inequidad, de discriminación y desigualdad. Aún hoy muchas niñas y mujeres viven situaciones de violencia, de injusticia y de discriminación. Es momento de romper el techo de cristal que hay sobre nuestras cabezas para que no exista más esa diferencia entre hombres y mujeres.
Porque al final del día no debe importar el género sino la capacidad que tengas para ejercer de mejor manera esta profesión que te convierta en un símbolo de justicia y de ejemplo para las niñas que buscan ser sus propias heroínas.
Karla Ventura
Quintana Roo
Ser mujer en un mundo dominado por hombres en realidad es complicado, pero una lucha histórica nos respalda a la que debemos y agradecemos poder tener libertad laboral y desarrollo profesional. Ser mujer abogada y afro significa tener voz, ser escuchada, crecimiento, transformación, inclusión e igualdad, romper estereotipos y demostrar que por el hecho de nacer mujer no define nuestro rol en la vida. Asimismo, es salir de tu zona de confort en busca de oportunidades y cumplir tus sueños.
La presencia de las mujeres en la abogacía y otras profesiones es la vía para avanzar en el desarrollo de los países. Somos capaces, líderes y agentes de cambio.
Ivette Salinas Carranza
Guerrero
Es una pregunta extraordinaria. Es tener la oportunidad de ayudar a los demás y expresarte libremente con conocimientos jurídicos y ser justas en un mundo de injusticias; es la oportunidad de demostrar que la profesión es honesta. Ser abogada mujer implica un reto pues, aunque se puede tener un trabajo, lo cierto es que, en México, aunque ha habido avances, aún se lucha por acceder a un trabajo en igualdad de condiciones; no obstante, me encantan los retos y superarlos genera en mí una gran satisfacción; es sentirme empoderada pues es una profesión que me genera orgullo.
Carolina Gasca Arriaga
Guanajuato
Manzanillo, Colima
Ángeles Belén Valdez Carreón
Ser mujer abogada representa un trabajo diario, perseverancia y fuerza para construir lazos fuertes llenos de respeto, igualdad, equidad, ética, amor y justicia; es el deseo y la lucha constante para erradicar esa brecha de desigualdad y esos mares repletos de estereotipos y paradigmas que pretenden absorbernos y ahogarnos en pleno siglo XXI en nuestro México.
Ser mujer, madre, hija, amiga, profesionista y abogada, representa luchar el doble y un poco más que nuestros colegas varones. Ser mujer abogada nos da más herramientas, nos forja un carácter a lo largo del estudio continuo y las experiencias nos van llenando de valentía, de poder; nos da y damos esperanza para luchar por todas las mujeres mexicanas y nos solidariza por nuestras hermanas en aquellos países donde su voz no es escuchada.
Ser mujer abogada y no abogada es revolución, es cambio, es lucha, es poder, es justicia.
Mi lucha por aportar un granito de arena para erradicar la violencia en contra de las mujeres viene de tiempo atrás y hoy siendo licenciada en derecho tengo la oportunidad visibilizar, concientizar y contribuir en pro de la defensa de los derechos de las mujeres para erradicar la violencia de género y luchar por el acceso a la justicia.
Hoy por hoy, muchas abogadas nos hemos sumado y unido fuerzas para que el cambio se realice día con día y culmine en el mejor mañana para nuestra sociedad, donde si bien la utopía del mundo sin violencia en contra de las mujeres es difícil de encontrar, por lo menos disminuyamos su impacto, demos armas jurídicas para su defensa y se encuentre la justicia para todas las víctimas. Siendo así este mi mayor reto y finalidad profesional, por el cual trabajaré a diario en donde quiera que me desarrolle laboralmente.
Dhaniry Venezzia Montoya González
Chihuahua, Chihuahua
Desde mi experiencia, estudiar Derecho siendo mujer en un país que conserva la idea de que esta profesión solo es para hombres significa un gran reto. Además de mantener una relación con vasta doctrina, información y legislación que se encuentra en constante cambio, implica diversas condiciones como: escuchar y ser empática con personas que tienen problemas legales; actuar conforme a la ética y valores en el ejercicio de la profesión; buscar la justicia a pesar de las obstáculos que el sistema presenta; y defender los propios principios. Todo ello con el fin de ayudar a las personas y al mismo tiempo tratar de disminuir la desigualdad para ejercer la profesión en un plano equitativo respecto a demás estudiantes y abogados para lograr el progreso común y romper el techo de cristal.
Paulina López López
Tlaxcala
Fuertes, solidarias, extraordinarias y maravillosas es lo que somos las mujeres abogadas. Nos permitimos seguir a pesar de estar rodeadas de cabezas que quieren pasar sobre nosotras, pero lo que nos distingue es la valentía que tenemos día a día para enfrentarnos con agresores.
En México, ser mujer es difícil, pero ser una mujer abogada es extremadamente difícil. Nadamos contracorriente defendiendo nuestros ideales y haciéndole saber a las personas que estamos aquí para defender su voz y la nuestra.
Si tuviera que elegir una palabra para describirnos, sería que somos extraordinarias, como sinónimo de abogada porque perseguimos nuestra meta sin importar cuán riesgoso sea, poniendo nuestra vida de por medio para evitar los abusos que existen en la época actual.
Ser abogada no es una profesión, ni mucho menos un título, es un estilo de vida de quienes defendemos nuestros valores ante una sociedad llena de prejuicios y estereotipos machistas.
Jerasy Aricelda Bringas Ortiz
Toluca, Estado de México
Ruíz, Nayarit
María Guadalupe Madera Reyes
La oportunidad de romper paradigmas; la voz que respeta y protege los derechos de las personas; el auxilio en la búsqueda de procuración e impartición de justicia; estudio y disciplina constante; profunda responsabilidad y alto sentido ético; un impulso del diálogo y la solución de controversias con eficiencia; honradez y lealtad; luchadora de la igualdad en un constante desafío entre lo que es y lo que debe ser. Un acto revolucionario de sororidad, libertad y valentía para ser lo que quieras ser, sin límites, ni ataduras.
Ser mujer y pertenecer a un gremio profesional, el cual únicamente estaba etiquetado para hombres, me llena de orgullo y satisfacción, ya que ser mujer abogada es prepararse todos los días para afrontar las problemáticas de la sociedad.
Sin embargo, existe limitación para alcanzar posiciones de poder, porque el ascenso de la mujer está relacionado con estereotipos de género, que hacen débiles los escalones y la estructura que nos sostiene para el crecimiento profesional. Romper con la barrera de invisibilidad es un reto constante para la mujer abogada dado que el derecho se actualiza día a día e implica mucha responsabilidad, disciplina y vocación. Sin embargo, las mujeres somos ejemplo de dedicación, fuerza, tenacidad e inteligencia, que refleja la capacidad que tenemos para superar las adversidades que nos impone la sociedad.
Claudia Verenice Martínez Fregozo
Cabo San Lucas, Baja California SuR
Ser abogada en México es enfrentarnos a un mundo patriarcal en el que últimamente hemos tenido más cabida. Consiste en luchar cada día para hacer valer derechos, los nuestros y los de aquellos que debemos de salvaguardar. Se trata de alzar nuestra voz para combatir las injusticias y dársela a los indefensos.
Versa en lidiar contra perjuicios que se encuentran esparcidos en Juzgados, Fiscalías, Notarias, escuelas y en general, en cada esquina; mientras contestamos demandas, hacemos proyectos de sentencia, exámenes, cursos, cuidamos a los nuestros y combatimos el sistema patriarcal, con el fin de tener un mejor mañana para nosotras, para los que velamos y para las que nos suceden.