¿Qué significa ser mujer abogada?
Relatos cortos sobre la libertad, la igualdad y empoderamiento de las mujeres en el Derecho.
Certificaciones y Maestrías
Logra valor agregado en tu ejercicio profesional a través de certificaciones y maestrías. Especialízate en áreas del derecho que te van a abrir muchas oportunidades profesionales.
Para mi ser una mujer abogada ha significado sacrificios y obstáculos constantes, los cuales siempre tienen alternativas y soluciones a través de la firme convicción y el amor, ser ama de casa, esposa, madre, hija, trabajadora y estudiante, todo al mismo tiempo para poder realizarte como profesionista implica un gran reto en la actualidad pero nunca un imposible. Esa mujer que viste de traje con bolso o portafolio con leyes escritas y en mente preparadas para abogar por lo justo, es simplemente el ser mas hermoso que da vida, se cultiva y prodigiosamente se transforma en Abogada.
No he tenido que caer al fondo de un pozo para darme cuenta de lo que soy capaz, tengo una fe inmensa y es la que me caracteriza.
No claudico, por que sé que la esperanza muere al último y siempre encuentro más de una razón para continuar.
En los momentos difíciles la Mujer que soy, me consiente y anima para seguir adelante por eso soy mi propia Heroína y una gran Mujer Abogada.
Alejandra Azucena Hernández Corona
Ciudad de México, México.
Significa mi sueño hecho realidad, mis ganas de ayudar a un cambio positivo en mi México, la forma que correspondo al esfuerzo y apoyo de mis padres y el ejemplo que quiero ser para mis hijos.
Así mismo, es la manera en que expreso mi apoyo y aportación a la liberación femenina desde un campo de batalla intelectual, para erradicar definitivamente estereotipos que nos quieren encasillar en una debilidad y sumisión.
La forma de gritarle al mundo soy mujer legalmente sin límites, para defender lo justo.
Alejandra Pérez Urquidi
Salina Cruz, Oaxaca, México.
En una profesión que durante mucho tiempo fue exclusiva para el género masculino, ser una mujer que se entrega y apasiona por la abogacía, es, en definitiva, un acto revolucionario.
Seamos realistas, en los tribunales, corporativos, despachos, o en general en cualquier otra área de desarrollo en donde para un hombre es difícil hacer valer su voz, convencer, procurar y proteger, para una mujer lo es el doble. Y quizá sólo por ello, es más loable.
Sin deparar tanto en aquella distinción de género, que, si bien es la base, más no el propósito. Ser una mujer abogada, es sin duda, tener pantalones, carácter y presencia. Es llegar a ser todo lo que alguna vez nos enseñaron que “no podíamos” o “no era para nosotras”.
En fin, si me estás leyendo colega, quiero que sepas que por el simple hecho de ser mujer y ser abogada te admiro y te ovaciono.
Alicia García Pérez
Ciudad de México, México.
En la búsqueda de un sentido de justicia por un tema familiar comencé a estudiar la Licenciatura en Derecho, sin ninguna referencia o antecedente que me orientara respecto del campo laboral donde me desempeñaría, por lo que al principio fue un reto encontrar el sentido a seguir.
En esa búsqueda comenzó mi trayecto en el servicio público, donde tuve la oportunidad de conocer a una excelente persona que se convirtió no solo en mi Jefa sino en una Maestra de vida desde hace 17 años.
La persona a la que me refiero fortaleció en el desarrollo de mi profesión muchos aspectos y esto se ha permeado a través de todo mi trayecto profesional y me ha llevado a estar en diversos espacios del servicio público en ambientes de respeto y disciplina, con áreas de oportunidad y retos por supuesto, pero creo que podría describir todo en una palabra: “Sororidad”.
Ana Victoria
Cuernavaca, Morelos, México.
Pregunta difícil de contestar y de amplia reflexión que me remonto a mi infancia, en donde siempre se manifestaron las ganas por hacer ver lo injusto de cualquier situación, pero también me hizo recordar los comentarios absurdos de que la abogacía era solo para hombres.
Ahora que soy una abogada apasionada de lo que hace, puedo decir que es no tener vida social por dedicarle horas a un caso, que es privar de tiempo a tu familia para brindarlo a aquellos que también necesitan de ti, que es hacerte de amigos que te den un consejo más práctico que teórico, que es hacer un coraje por un criterio burdo que afecta a quien representas, que es sonreír a carcajadas cuando el esfuerzo y dedicación te dan la razón con una sentencia satisfactoria, que es tener preocupación cuando tomas decisiones que les molestan a otros.
En palabras resumidas VOCACIÓN Y PASIÓN.
Berenice Loya
Chihuahua, México.
CONQUISTAR CADA UNO DE TUS SUEÑOS
Recuerdo aquel día estando en el aula como estudiante de Licenciatura en Derecho, un Maestro a manera de burla realizó el siguiente comentario: “Señoritas para qué pierden el tiempo entrando a clase, si su lugar es en los pasillos pues se sabe que las mujeres que vienen a la Universidad lo hacen solo como medio de captura para casarse” ¿Vaya comentario machista no? Definitivamente mi maestro concebía una idea distorsionada de lo que puede lograr una Mujer Abogada, hoy en día a nombre de todas las mujeres soñadoras y sin limitantes soy una grandiosa y talentosísima Profesional del Derecho que ejerzo libre y amorosamente mi profesión, he ahí la importancia de aferrarnos a nuestros sueños y no comprarnos la idea impuesta por los demás. ¡Tienes todo para brillar y se encuentra dentro de ti, permítete ser y descubrir el cambio generador que es el mundo del Derecho!
Brenda Mariela Báez Trejo
Ciudad Victoria, Tamaulipas, México.
SUPERANDO MIEDOS
Ser mujer abogada en estos tiempos es un reto. Va más allá de lo que nosotras podemos imaginar. No solamente está en el amor por la abogacía, también implica la disciplina, la perseverancia, seguir estudiando y prepararse para ser en un futuro todo lo que soñamos hacer.
Se trata de disolver estereotipos, quebrar la barrera del miedo al fracaso, al menosprecio y demostrar que con esfuerzo, entrega y pasión podemos llegar a lo que nosotras aspiramos ser. Ser mujer abogada es cuestión de valentía, fortaleza.
Significa soñar en grande, ir más allá de nuestras limitaciones, arriesgarse, equivocarse, pero después levantarse y aprender de todas las experiencias buenas y malas. Implica para mí una gran responsabilidad conmigo, pero también con mi país.
Ser mujer abogada me reta, me inspira a dejar huella para mi entorno actual y trascender hacia las futuras generaciones.
Camila Tepox Leonor
Puebla, México.
Ser abogada particularmente en México es una gran responsabilidad, mujer abogada penalista, que decide ejercer la profesión rompiendo los paradigmas de los cánones impuestos en general, actualmente ser licenciada y especialista en derecho es una de las mejores decisiones profesionales que he podido tomar.
La abogacía nace de los hombres para la sociedad, cuando incursiona una mujer en el medio jurídico es no solo hablar y marcar un hito en una historia personal sino enseñar a nuestras hijas, alumnas, colegas y mujeres que podemos hacer el trabajo de la abogacía con excelencia, profesionalismo y pulcritud. Es importante cambiar nuestros sesgos cognitivos en aras de combatir los ambientes de discriminación, desigualdad laboral e indiferencia social. Más sororidad entre nuestras colegas, más apoyo entre abogadas mexicanas, significa formar mujeres líderes impulsando a otras mujeres.
Celica Polett Montes Herrera
Ciudad de México, México.
En la vida como en el derecho, las mujeres que tienen la vocación y el privilegio de desempeñar la labor de abogacía, no dudan en ningún momento de su capacidad y talento para expresarse con valentía y adaptarse a las diversas situaciones cotidianas, enfrentado los retos sociales y económicos con sus propios paradigmas de evolución, aplicando la audacia en la búsqueda de la verdad en beneficio de otros.
Musa
Única
Justa
Excepcional
Romántica
Aguerrida a las
Buenas
Obras
Guerrera
Amante del
Discernimiento
Audaz
Columba Patricia Raza Nolasco
Estado de México, México.
Mi derecho sororo
En México, como en muchos otros países, ser mujer parece ser una limitante para contribuir en la construcción del mundo que se desea, desde cualquier trinchera. En mi caso, el Derecho fue la ruta que encontré para convertirme en un factor de cambio. Llevo 15 años dentro de la Administración Pública, de los cuales 7 los he dedicado a la Seguridad Nacional.
No ha sido fácil lograr un desarrollo integral, pues el sistema patriarcal imperante en nuestras instituciones públicas exige de una mujer renunciar a más de una de sus esferas de vida y es sometida a toda clase de juicios y de prejuicios, haciendo que unas nos volvamos enemigas de otras en una competencia cruel y sin sentido.
Abrazo la sororidad como un valor primordial en mi vida, porque veo en cada mujer que lucha mi propio reflejo: sus logros me enriquecen.
Coral Medina Franco
Ciudad de México, México.
Un gran Orgullo y satisfacción ser “Mujer Abogada”
Decido ser abogada por crear un cambio en mi familia, ya que se dedicaban a la rama de la salud; mi padre no le agrado mi decisión, no me auguraba un avance en ser abogada; aun así, me apoyo en mis estudios; desde el cielo mi padre y actualmente mi madre e hija con gran orgullo ven que ejerzo la carrera con tenacidad y perseverancia.
En estos tiempos es determinante la actualización e innovación, nunca deja uno de aprender en el campo del litigio, en mi persona es satisfactorio “vivir honestamente, no dañar a los demás y dar a cada uno lo suyo”
Mi satisfacción de ser abogada es el de ver, notar, palpar los resultados que como profesionista he logrado entre ellos el reconocimiento de mis clientes a pesar de los obstáculos que me han tocado, desafiando los estereotipos de género y derribando muros profesionales.
Crystal Zavala Bello
Yecapixtla, Morelos, México.
Nací en Culiacán, Sinaloa y desde niña descubrí la pasión por la abogacía mirando a mi madre trabajando de secretaria ella fue parte de mi inspiración en su escritorio se encontraban una máquina de escribir, carpetas llenas de expedientes, códigos y libros en materia penal, cuando no tenía con quien quedarme puesto que mis padres trabajaban todo el día, en ocasiones mi mamá solía llevarme a su trabajo donde yo me entretenía leyendo los códigos y los libros que ahí se encontraban, un día estando en casa de mi abuela le dije a ella – abuela de grande quiero ser abogada para defender con honestidad a personas que están en la cárcel injustamente, y donde muchas veces se les viola sus derechos y quiero ayudarles a resolver sus conflictos a lo que mi abuela me respondió lucha por eso que tanto anhelas y si deseas ser abogada estaré muy orgullosa de ti. De ahí entendí que para ser una abogada debes de creer en ti en tu potencial, es ser integra en tus palabras, acciones, lealtad, honestidad y tener vocación para ello, ser abogada es seguirte preparando siempre, Soy egresada de la universidad autónoma de Sinaloa de la facultad de derecho y ser abogada no es tan fácil donde se decía primero que la abogacía no era para mujeres poco a poco nos hemos ido abriendo ese paso y logrando que hoy en día las mujeres seamos abogadas en todas las ramas del derecho. Hasta el día de hoy las mujeres seguimos derribando los obstáculos, el techo de cristal, la violencia en todos sus tipos y modalidades, los estereotipos que nos impone la sociedad. La abogacía para mi es una gran pasión en el que día a día me preparo consulto códigos, libros, diplomados y en donde me empodero con herramientas y logró empoderar a demás mujeres para que logren salir adelante, para que logren sus sueños, sus éxitos. La abogacía en las mujeres es una carrera hacia el liderazgo.
Dalma de Jesus Reyes Camacho
Culiacán, Sinaloa, México.
Es quien cuenta con las herramientas cognitivas y metodológicas necesarias para lograr que el Estado promueva, respete, proteja y garantice los derechos. La distinción sobre la Mujer Abogada parte desde el momento que se rompió el miedo y nació esa motivación de encontrar nuestro propio lugar en el ámbito profesional a partir de los 80’s del siglo XIX, de esta manera se abrió una brecha por la cual habrían de transitar futuras generaciones de estudiantes, postulantes, juezas, magistradas, ministras y demás profesionales.
Esta gran lucha tuvo un avance paulatino para lograr el reconocimiento profesional, con gran felicidad y satisfacción alzo mi voz fuerte expresando mi sincero agradecimiento a todas aquellas mujeres que hicieron este anhelo una realidad, este camino de reconocimiento de nuestros derechos como mujeres aún no termina, estaremos luchando y apoyando a más mujeres para que juntas podamos decir: YO SOY EL SIGNIFICADO DE UNA MUJER ABOGADA.
Diana Cruz Gómez
Metepec, Hidalgo, México.
Caminando fuerte…
Ser abogada en México, un país machista y paternalista, no ha sido nada fácil pero sí muy satisfactorio, ya que desde el conocimiento de la ley he podido ayudar y aconsejar a otras mujeres (por supuesto también a hombres), aportar mejorías al entorno que me rodea y crecer profesional y personalmente.
Sin embargo, también ha sido una lucha constante contra el sistema, tolerar discriminación de género, sufrir acoso y hostigamiento, lidiar con que cuestionen mi profesionalidad y normalizar la exigencia de estudiar, actualizarme y demostrar que tengo conocimientos del derecho.
Y después de todo, de lo único que estoy completamente segura es de que cada día seguiré dando lo mejor de mi para ser una gran lideresa y legar lo mejor a las futuras generaciones.
Elia Cortés Benítez
Tlaxcala, Tlaxcala, México.
Es tener la oportunidad de beneficio al estar involucrada en un proceso de apoyo jurídico intelectual, personal, empático y emocional hacia esas mujeres y hombres que necesitan ese acompañamiento, esto brinda una satisfacción de crecimiento, un valor agregado a nuestra esencia como ser humano, mediante el conducto de nuestra profesión.
Eréndira Guzmán Carreón
San Juan del Río, Querétaro, México.
Nacer mujer es desventaja. Sí, vivimos en una sociedad altamente machista, donde los privilegios y los puestos de alto rango pertenecen a los hombres: dirigentes de grandes potencias, líderes religiosos, altos empresarios, jefes de alta investidura judicial y política, como el Presidente de la República y el Ministro Presidente de la SCJN. Ser mujer implica un gran reto, pues a nosotras nos toca esforzarnos el doble que los hombres (simplemente para lograr nuestro derecho al voto, tuvimos que pelearlo, de otro modo, seguiríamos privadas de participar). Para ser mujer abogada además de estudiar, tenemos que enfrentar un sistema tradicionalista y patriarcal, en el cual si tu aspiración no es ser ama de casa y madre, el veredicto de la sociedad dictara que eres una loca, egoísta o feminazi. Ser mujer abogada significa ser valiente, fuerte, independiente. Es atreverte a ver la vida desde otra perspectiva. Es haber vencido al sistema.
Eva Hernandez Neri
Nuevo León, México.
Cuando el género sí importa
Ser mujer abogada significa tener el poder y el compromiso de luchar por causas justas desde un tribunal, es comprometerse y escuchar a mujeres y niñas víctimas con los relatos más crudos ante el ministerio público, es hacer tuyas las voces de la sociedad civil y el encargo de hacer valer sus derechos en leyes desde la curul, es ir a contra corriente y asumir tu papel de defensora de mujeres privadas de su libertad, sin discriminación alguna y con el firme deseo de demostrar su inocencia, es caminar acompañada de madres que buscan a sus hijas desaparecidas, es la obligación del estudio constante con el único propósito de defender a las más vulnerables, es mostrar la realidad de la desigualdad que aún impera en nuestros días sin distinción de la trinchera en la que te encuentres, ser mujer y abogada es un privilegio, un don con una gran responsabilidad.
Everlyn De Los Santos Bojórquez
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, México.
Todas somos Temis
Ser una mujer abogada lo podemos definir en tres palabras: resiliencia, valentía y libertad.
Somos resilientes porque hemos logrado superar los obstáculos que suponen ser mujer en una sociedad que veía a la abogacía como una profesión de hombres. Somos valientes porque cada día luchamos por lo que creemos, porque a pesar de que el sistema nos ha fallado en varias ocasiones seguimos creyendo en la justicia y por ello alzamos nuestra voz para ser oídas, para proteger los derechos de aquellos que no han podido ser escuchados y valorados, mientras creamos una sociedad justa basada en la igualdad y equidad. Finalmente, somos libres porque hemos decidido dejar el miedo, las opiniones y los estereotipos atrás mientras creamos un futuro próspero, lleno de igualdad, equidad y respeto.
“Que nada nos limite. Que nada nos defina. Que nada nos sujete. Que la libertad sea nuestra propia sustancia”.
-Simone de Beauvoir
Fernanda Esquivel
Yucatán, México.
Es muy importante y significativo saber que hay un espacio para poder expresar a lo que nos enfrentamos día a día como mujeres abogadas, es un poco complicado desempeñar las actividades que realizamos en la vida laboral pero no imposible, así como sin dejar atrás los diferentes roles que desempeñamos siendo mujer, puedo decir que llevo ejerciendo esta hermosa profesión en la cual me he topado con gente que solicita las asesorías principalmente de mujeres, ya que manifiestan algunas veces que somos más comprometidas en la profesión, empáticas y sobre todo que defendemos un asunto como si defendiéramos a un hijo, pero eso no quiere decir que no seguiremos luchando con la igualdad de oportunidades, principalmente no debemos olvidar que tenemos la tarea de cambiar nuestro alrededor y poder hacer las cosas bien aportando todo el potencial y pasión por nuestra profesión de la abogacía, el hecho de ser mujer.
Flavia Sotero
Puebla, México.
Me atrevo a entregar estas líneas porque aún cuando yo no ejerzo tan noble profesión, trabajo de cerca con muchas mujeres abogadas, sobre todo, tengo una hija a quien admiro por su pasión en este ámbito, me enseña que se puede contribuir a transformar desde nuestros propios espacios.
Ximena U. es licenciada en derecho y maestra en derechos humanos, desde hace ya más de 10 años optó por la defensa de mujeres violentadas en México. A la fecha, ha logrado que la justicia se ejerza a favor de víctimas de feminicidio, litigando en casos como el de la niña Fátima Varinia Quintana, donde se logra sentencia vitalicia del acusado; o el de Maisha Pamela, y una decena más de procesos, anteponiendo el principio de juzgar con perspectiva de género, requerido para un sinfín de mujeres que aún viven en condiciones de vulnerabilidad. Justicia para todas este 8 de marzo 2022.
Greta Trangay Vázquez
Morelia, Michoacán, México.
El ser una mujer abogada significa luchar contra el pensamiento machista de los compañeros en la escuela, los colegas del trabajo y hasta de tu pareja. La mejor satisfacción es que esos hombres terminen reconociendo tus capacidades y habilidades jurídicas. Y en algunos momentos hasta felicitarte por tus aportaciones.
Sin duda, el mejor reconocimiento ha sido el ejemplo para mis dos hijas, que al día de hoy quieren estudiar derecho para, dicen ellas “ayudar a la gente como lo hago yo”.
Ser el orgullo de la familia, sobre todo de mi padre y de mi madre por haber estudiado para ser una abogada, es el impulso que me da la vida para seguir preparándome y esforzarme para ser mejor mujer pero sobre todo, ser abogada, porque la vocación se lleva en la sangre, no en el género.
Hortensia Robles Valadez
Ciudad de México, México.
Graduación a destiempo
Los primeros años de mi vida los dediqué a la casa, esposo, hijos, etc.; siempre ilusionada por la nueva casa, nuevo bebé, ir y venir por las escuelas de los peques, clases de música, inglés… Disfruté mi vida en todo momento, aun con aquel trabajo no bien pagado; dicho esto desde el punto de vista económico, porque otra cosa es la felicidad de disfrutar aquellos momentos aparentemente insignificantes, de lo que, sumado, es la super paga de mi vida.
Mis hijos cada vez se hacían más grandes y pensar en “estudiar” era mucho para mí, la edad, sobre todo. Inicié mis estudios en el 2005, los dejé a medias, retomé en el 2016 ¡y ahora soy Abogada y Notaria! super feliz por enterarme de que todo lo que nos proponemos, lo logramos.
¡Ánimo! La edad no es impedimento, tengo 46, si quieres, lo logras.
¡Eres impresionante si te lo crees!
P.D. ¡Además he cerrado una Maestría en Derecho Constitucional!
Ingrid Yorleny Orozco García, Orogarcia
Guatemala.
Porque fueron, somos; porque somos, serán.
Ser mujer abogada es agradecer la histórica lucha que nos respalda por poder tener la libertad laboral que hoy tenemos; es la oportunidad de transformar nuestro entorno, toda vez que el Derecho ha sido mi herramienta para solucionar problemas, construir conexiones y mejorar la vida de las personas en mi entorno y sobre todo una responsabilidad de continuar actualizándome y ser esa aliada para las futuras abogadas, ya que hemos creado una generación de la “super mujer” y está de moda vendernos como “resilientes” pero hay que poner límites, no hay que normalizar que debemos soportar todo, por eso debemos ser más sororas.
Jacqueline Altamirano
Ciudad de México, México.
Las mujeres somos capaces de ejercer cualquier profesión u oficio que nos propongamos, se nos ha hecho creer que somos débiles o incapaces o que simplemente no somos merecedoras de la realización profesional.
La sociedad se ha encargado de ocuparnos en los ámbitos del cuidado y el hogar, dejándonos fuera de decisión propia, cuestionándonos de nuestro valor o conocimiento.
Si bien es cierto se ha avanzado en cuestión de paridad aún quedan bastantes obstáculos, para el desarrollo pleno de la mujer.
Ser mujer abogada es un reto continuo pero también una gran satisfacción el prepararte y capacitarte día con día para luchar contra las injusticias, para defender los derechos humanos de las mujeres, para poder ser ejemplo de lucha, esfuerzo , perseverancia y poder ayudar a empoderar e impulsar a más mujeres a cumplir sus sueños , sus metas y realizarse profesionalmente.
Una mujer no debería tener miedo no poder lograr sus anhelos.
Berenice Méndez Ramírez (Gober)
Guadalajara, México.
Si el ser mujer en este mundo es un reto, ser abogada es todo un desafío, pues ello implica intentar sobresalir en un gremio, que en general es muy competitivo.
Implica romper con la idea de que se trata de una profesión de hombres, que nuestro aspecto hable por nosotras antes que nuestra capacidad, que se roben el crédito de nuestras ideas, y que aún se atribuya el éxito que tenga una mujer, a la idea de que seguramente algún hombre la ayudó a conseguirlo.
Ser MUJER ABOGADA, es sinónimo de FUERZA, de PERSEVERANCIA y de una de una lucha constante para ser ESCUCHADA Y RECONOCIDA, porque sin importar si una persona es hombre o mujer, su éxito se debe a su esfuerzo y no a su género, es sinónimo de romper paradigmas y lograr hacer justicia en favor de otros en el proceso.
Jessica Espinosa Vargas
Puebla, México.
Ser mujer abogada es ejercer la profesión con una voz fuerte, que siente y acompaña el sufrimiento de una víctima de violencia de género, exigiendo justicia hasta la última instancia porque pudiste ser tú, tu hermana, tu madre, tu hija.
Es también caminar a diario con una mochila de herramientas para reconstruir el piso y hacerlo parejo frente a los colegas hombres. Una abogada siempre tendrá unos lentes puestos que le permitirán analizar cada contienda jurídica desde la desigualdad y la discriminación por razón de género.
Ser abogada es trabajar a diario en la transformación del derecho para lograr que la justicia tenga ojos de mujer.
Ser mujer abogada es prepararse y empaparse de conocimiento para afrontar de manera íntegra las problemáticas que enfrenta nuestra doliente sociedad contemporánea.
Por último, una abogada es líder en la construcción de redes de empoderamiento para las mujeres.
Julema Garcia Avila
Ciudad de México, México.
En una negociación con otro abogado, este me comenzó a hacer insinuaciones, que fueron subiendo poco a poco de tono, (estábamos con los clientes) hasta que en un momento los clientes se levantan dejándonos solos y este “abogado” me dice “¿¡Lic me gustas, que onda, vamos a poner los detalles del asunto no?!” Me enfureci y de una lo rechace, éste después del rechazo, obstaculizo de todas las formas la negociación y terminé demandando el incumplimiento de contrato, ha intentado meter mano negra pero no sé lo he permitido, lamentablemente en la comunidades se conocen muy bien y a los abogados “foráneos” ¡¡¡nos tienen desconfianza en los juzgados!!!
(Aún estoy en el proceso pero ya es un tema algo personal, el no dejar que me gane el juicio)…
Kika Torres
Las mujeres hemos organizado a la familia, a los clanes, a las tribus alrededor de nuestra tutela, sin embargo durante mucho tiempo se nos excluyó de las actividades culturales y productivas de la sociedad, afortunadamente en la época actual y de acuerdo a mi experiencia ser Abogada, aun cuando hemos avanzado en cuanto a nuestra participación en la sociedad, implica que debemos seguir realizando actividades proactivas para conseguir la igualdad, ser mujer en el 2022 en México y además Abogada conlleva estudiar de manera constante y luchar por los derechos de las mujeres que todavía no tiene voz.
Ligia Alfaro Fonseca
Ciudad de México, México.
Ser abogada constituye un gran reto, pues te enfrentas a muchos prejuicios sociales, que sin bien es cierto, se ha luchado en disminuirlos, también es cierto que no se han erradicado.
El no prejuzgar a toda persona que ejerce el Derecho, es un gran paso para lograr que se aprenda unos de otros, pues se sorprenderían lo que cada persona puede lograr cuando se tienen las ganas de sobresalir dando un valor agregado a nuestra carrera.
El romper con los estereotipos de ser una joven abogada va más allá de la experiencia, ya que no solo se presta un servicio profesional sino también se está para luchar por nuestros ideales. Recuerden la frase de Hermann Hesse: “Nuestra mente es capaz de pasar más allá de la línea divisoria que hemos trazado para ella, más allá de los pares de opuestos en qué consiste el mundo, otras percepciones nuevas comienzan”.
Lizbeth Dorantes Godínez
Estado de México, México.
Ser abogada es un reto como mujer para beneficio de mi propia independencia con el sacrificio de tener en responsabilidad dar el ejemplo a mis hijas y que ella como mujeres sepan que el superarse rompe barreras de inseguridades dentro del área laboral siempre he sido respetuosa de los derechos de igualdad con los licenciados hombres ya que el conocimiento no tiene género y la forma de formación como abogada me ha enseñado un camino de justicia y libertad personal como mujer madre esposa hermana y mejor ser humano es un orgullo poder saber que tengo ese título para poder seguir estudiando y superándome para salir adelante y que mis hijas siempre digan que soy su orgullo y su mejor ejemplo de libertad y seguridad por ser una mujer abogada a pesar de que ya estudie grande logré mi meta gracias por este espacio.
María Aida Castillo Rodríguez
Soy mujer y orgullosamente mexicana
En el 2022 me doy cuenta que algo tan sublime y hermoso como el cuerpo femenino se han convertido a lo largo de la historia en majestuosas obras de arte, por otro lado es triste darte cuenta que eso mismo se devalúan en protestas buscando derechos que deberían de ser respetados primeramente por las mujeres, me causa melancolía ver cómo la comunidad va tachando a este género como agresivo y violento, teniendo en claro que no es así, ya que existimos mujeres que saben que una sola persona puede hacer la diferencia, estoy realmente convencida que si empezamos a ver por el bien social , luchar por esas mujeres que en realidad lo necesita, empezaremos a ver un verdadero cambio es difícil que algunas veces debemos de cuidarnos de esa chica que nos llama “hermana” que de la persona que llamamos “el violador eres tú”
Marcela Badillo Montiel
Tecámac, Estado de México, México.
Pues puedo resumir en toda la extensión de la palabra que para mi es TODO, derivado que tanto es aplicativa esta hermosa carrera tanto en mi vida personal, para con la sociedad y sobre todo laboral y profesional. El Derecho para mi desde donde hoy me encuentro parada es un RETO ya que soy, mujer de trabajo, ama de casa, mamá y esposa . No es nada fácil pero no me es imposible ya que amo mi profesión y todo sacrificio siempre me es recompensado he pertenecido a la SCJN y creo que a la edad que tengo y lo que he cumplido y hecho es un comienzo de un éxito profesional que será reconocido inmensamente. Los sueños que por hoy veo son frutos que el día de mañana gozaré inmensamente. He conocido gente que ni yo algún día imagine y me declaro apenas estar saliendo al mundo jurídico de la praxis.
Marycruz Picasso
Querétaro, México.
Esa mujer como cualquier otra con miedos e inseguridades, con temores y sentimientos pero quien debe reservarlos para dar valor, justicia y apoyo a ese asunto legal . Es ser la mujer que se desvela y madruga para estudiar y/o trabajar, es la que además de los labores del hogar quiere tener un rol en el mundo profesional, quien se quiere superar y cumplir sus metas, quien no solo está pendiente de la audiencia o los exámenes sino también de los hijos, su educación y cuidado. Es esa mujer extraordinaria, empoderada, con convicción, voluntad, quien quiere ser mejor cada día y tiene muchas ganas de salir adelante. La que exige derechos y protege a otros. Es más que estar en un tribunal, salón o en una oficina, es tener una vida propia con problemas y aspiraciones tratando de ser la mejor versión de sí para motivar a otros.
Maya Torres
Xalapa, Veracruz, México.
Soy mujer, madre de dos pequeños varones y abogada, por lo que significa ser una “maternitas abogada” triplemente comprometida ejerciendo con igualdad e inclusión mi profesión.
Soy fundadora del Despacho Jurídico Rosa en el cual atiendo, asesoro y brindo mis servicios con perspectiva de género a víctimas de Violencia de Género. Atendiendo la lucha que hicieron las mujeres de nuestro pasado y nos dejaron camino en un campo dominado por el hombre. Hoy debemos afrontar la constante violencia de género que vivimos.
Reconozco y valoro no solo a la “maternitas abogadas” sino a toda mujer que, desde su trinchera, mujer-madre o no, diario dan lo mejor de sí.
Debemos integrar la coparticipación de hombres y mujeres, como complemento profesional.
Sigamos rompiendo el techo de cristal y hagamos de nuestra profesión la abogacía, una profesión incluyente y libre.
Montserrat Delgadillo Campos
Cuautitlán Izcalli, Estado de México, México.
La abogacía en voz de mujer
Confieso que empodera ser abogada, y también comprendo que, con ello acepto una gran responsabilidad. La mujer empoderada ayuda. No teme hacerlo, sabe que con ello, hace mucho por la humanidad.
Vivimos una época en la que aún quedan desigualdades por erradicar, ideas que ya no debemos heredar. Por eso, al iniciar esta profesión, entre otras cosas, comenzó una lucha por vencer al enemigo que tenemos en común: la injusticia de género y los estereotipos. Ese que atropella derechos, que des-garantiza libertades y que genera divisiones y desigualdades.
Para esto, es importante saber qué vamos a defender y si el conocimiento es poder, entonces conocer los derechos y cómo hacerlos valer, nos dará el “poder” para cumplir esta tarea y empoderar a otras. Abogada, también, para este propósito. Abogada para todos, porque, aunque seamos diferentes, no somos enemigos.
Raquel Elizabeth Basurto Jiménez
Ciudad de México, México.
La práctica de la Abogacía por parte de la mujer, en la actualidad está fuertemente masculinizada, se le estigmatiza como una mujer de carácter difícil, impositivo, carente de sensibilidad. Se agrava la perspectiva cuando en el oficio se defienden derechos humanos de los grupos que históricamente se les ha discriminado como lo son: las diferentes etnias indígenas, afromexicanos, jóvenes, integrantes de la comunidad LGBTIQ y por supuesto a las mujeres; esto genera una desaprobación ya que visibiliza la brecha histórica de desigualdad de género.
La mujer abogada debe redoblar esfuerzos en todos los aspectos de la profesión, para lograr confianza en sus clientes, derribando mitos propios del género.
Es necesario seguir acortando la brecha de la desigualdad en todos los espacios, públicos como privados; en el ejercicio profesional mostrar personalidad sin preocuparse por encuadrar en estereotipos de rigidez, buscando siempre hacer la diferencia en el pleno desempeño de nuestra profesión.
Rebeca Barrera Amador
La Paz, Baja California Sur, México.
Para mi haber logrado ser abogada y la primera mujer el Estado de México, que se le da la oportunidad de ser Titular del Jurídico de un ayuntamiento representó retos, satisfaction y cada caso un reto que me ha hecho romper límites SOCIALES, de estereotipos y conocimiento que ha dado como resultado disfrutar cada logro sin verlo como un sacrificio.
Rebeca Montoya Domínguez
Estado de México, México.
Ser mujer y estudiante de la Licenciatura en Derecho
Es un privilegio el haberme decidido a iniciar una nueva carrera en este momento de mi vida, cuando tengo un empleo, una empresa y soy madre de dos niñas y a pesar del enorme esfuerzo que implica conciliar todo esto, en la medida en que me adentro más en el mundo del derecho, me doy cuenta de la necesidad de honrar el tiempo en el que vivo, en el que, gracias a las luchas incesantes de mujeres a lo largo de la historia de la humanidad, puedo disfrutar de derechos, más aún de ser reconocida como una persona, lo que, muchas, antes que nosotras, no consiguieron.
En el ámbito laboral, es indudablemente una herramienta necesaria que me permite servir con calidad y calidez a la población en situación de vulnerabilidad a la que me debo.
Sin duda en el ámbito privado, me abre las puertas a poner en orden asuntos relacionados con mis hijas, la responsabilidad de su cuidado y el legado que quiero para ellas, tanto en el aspecto material, como en el ético.
Regina Cruz Vega
MUJER JURISTA, DEFENSORA, MEDIADORA, PROTECTORA…
¡Orgullo y lucha constante!, aunque vivimos una época modernizada, actualmente muchas personas aún nos miran como seres insignificantes, creyendo que no tenemos la capacidad de resolver problemas legales.
Ser mujer es aún un grupo minoritario, sin embargo la capacitación y constancia nos permiten demostrar que nuestro género no es lo más importante, sino el interés, la fuerza y preparación que tenemos y seguimos adquiriendo gracias a esos maestros, quienes con dedicación nos orientan y nos transmiten conocimientos para luchar por un ideal y representar legalmente a infinidad de personas que depositan su confianza en nosotras.
Lamentablemente como mujer aún nos ven por encima del hombro, nos ponen obstáculos. La delincuencia y hasta el propio estado trata de intimidar a las mujeres que sobresalen mandando a secuestrar o matar.
Como mujeres hemos demostrado que utilizamos ágil y correctamente las leyes, nos plantamos por doquier de forma aguerrida, directa y comprometida.
Rosario Álvarez Vargas
Ciudad de Córdoba, Veracruz, México.
“Llamar a la mujer el sexo débil es una calumnia, es la injusticia del hombre hacia la mujer”. Mahatma Gandhi.
Vivimos una supuesta era moderna, donde hay situaciones que toleramos las mujeres, por la inequidad que enfrentamos en diversos ámbitos sociales y laborales.
México aprueba una legislación sobre la violencia de género, en 1975, siendo sede de la conferencia mundial de la ONU sobre los derechos de las mujeres. Entonces ¿Qué ha pasado?
Tristemente lejos estamos de vivir como una sociedad con real igualdad y equidad de género. Existen avances al reconocer los derechos de las mujeres para luego observar situaciones de desventaja en el ámbito laboral, de salud, seguridad social, educación y vida política.
En el área legal no ha sido fácil, una profesión marcada masculina por décadas, hoy día somos más mujeres ejerciendo leyes, desarrollando capacidades de argumentación y defensa, con cierto aire masculino que rige la profesión y nos hace más competitivas.
Rosario Álvarez Vargas
Ciudad de Córdoba, Veracruz, México.
Significa un reto profesional: Las mujeres somos sinónimo de fortaleza e ingresamos a este ámbito profesional con paso firme, superando brechas sociales, a través de nuestro conocimiento, conscientes de la importancia de hacer valer nuestra opinión, reconociendo nuestras capacidades y nuestro compromiso con la defensa de los intereses de aquellos que acuden a nuestra asesoría, luchando diariamente por los derechos de igualdad y justicia, es así como dignificamos actualmente nuestra noble profesión.
Sandra Paola Martinez Flores
Toluca, Estado de México México.
EL DÍA DE LA REVERENCIA
Me he preguntado miles de veces, “¿Cómo fue?”, es algo que no tengo tan lucido, a lo largo de la vida, observar al símil, y te percatas que hay un gran descontrol en esta humanidad, todo se maneja “INJUSTICIA” en todo rubro y acontecer en la vida, no solo se utiliza en término legal, cuántas veces no hemos escuchado “Es injusta la vida”, en lo personal varias, a veces no se comprende cómo funciona este sistema “humanidad”, y creo que jamás la vamos a entender, me quedaría media vida investigando “injustamente”, quien soy yo para juzgar, adentrarme los últimos cinco años de mi vida al servicio legal, ante el estudio, análisis y auxilio de la comunidad, es la sensación más justa de la vida que he tenido, “preocuparme” pudiese, soy ser humano, pero definitivamente ocuparme y adentrarme al bien estar social, es difícil pero a la vez es la satisfacción más ostentosa.
Stefany Barrón Martínez
Ser abogada representa un gran compromiso, pasión por el estudio, disciplina y esfuerzo.
He tenido la oportunidad de ejercer siempre en la administración pública federal, lo que significa un constante aprendizaje del Derecho Público, la oportunidad de servir a mi País y poner en alto el gremio de la abogacía, con conocimiento y conducta íntegra.
Constantemente me ha impulsado el interés por la justicia y la posibilidad de contribuir en el campo del Derecho; he encontrado obstáculos para alcanzar mis metas, como la falta de oportunidades por ser mujer y poder armonizar la vida personal (en especial ser madre) con la profesional.
¿Éxitos? sin duda los he tenido, pero también tropiezos que se han vuelto enseñanzas. ¡Mi próximo reto!, obtener el grado de Doctora en Derecho para coadyuvar desde el ámbito de la investigación a favor de la dignidad humana, los derechos humanos, la igualdad, la libertad y la justicia.
Susana Vargas Zempoaltecatl
La Diosa Abogada
Ser abogada es ir contracorriente, es batallar día con día, con clientes o jefes, con hijos, familia, sociedad, pareja, el mundo entero. Es saber que tendrás que defender tus ideales, metas y valores. Buscarás diariamente la libertad: de opinar, de decidir lo que es correcto para ti o para otros, de elegir a quien defender y a quien no, de decidir si inviertes en ti, en tu educación, en tu profesión, libertad de decidir si dejas a un lado tu crecimiento por otro ideal, como ser madre, porque no son compatibles en un sistema de hombres, de juzgadores sociales, de jueces de vida, que te claman ser madre y esposa ejemplar antes que cualquier otra cosa. A pesar de todo, ser abogada es ser como una Diosa, si, una Diosa de las palabras, de los pensamientos, de la argumentación, de la crítica, de la expresión: Abogada, Diosa del DERECHO.
Tania Leyva Ortiz
Querétaro, Querétaro, México.
Para mi ser abogada representa a la voz de las mujeres que tuvieron un problema médico con ellas o con sus hijos por una mala praxis, el día de mañana me gustaría que todos pudieran tener acceso a la justicia y que a este tipo de casos se le tome con la seriedad debida, como en otros países. Ser abogada es lo mejor que pude haber hecho para defender los derechos humanos de las personas con difícil acceso a la justicia en cuestión de la desigualdad monetaria, ya que no todos podemos tener acceso a una defensa adecuada, por no contar con los recursos suficientes.
Simplemente ser abogada es el ejemplo a seguir de mis hijos, por el respeto a la mujer y a sus capacidades de desarrollarse en cualquier ámbito.
Yaznely Posadas Vilchis
Nuevo León, México.