El lenguaje legal sencillo: una nota
Diplomado en Competencias Integrales para la Abogacía
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El lenguaje jurídico sencillo, también conocido como lenguaje claro o lenguaje ciudadano, se refiere a escritos legales que pretenden ser claros, concisos y accesibles para un público no especializado. El movimiento hacia el uso de un lenguaje jurídico sencillo ha cobrado impulso en muchos países alrededor del mundo, con el objetivo de hacer que los documentos, leyes y regulaciones legales sean más fáciles de entender para el público en general, mejorando así el acceso a la justicia y el cumplimiento. México ha sido protagonista de este movimiento gracias a las sentencias redactadas en formato de lectura sencilla que han sido dictadas por diversas personas juzgadoras, sobre todo en el ámbito de competencias del Poder Judicial de la Federación.

Estas son algunas características del lenguaje jurídico sencillo:
1. Palabras simples: hay que dar preferencia al uso de palabras comunes y cotidianas en vez de recurrir siempre a la terminología legal compleja o las frases en latín que tanto nos gusta utilizar a los abogados mexicanos.
2. Oraciones cortas: hay que habituarnos a usar oraciones más cortas para mejorar la legibilidad y la comprensión de nuestros textos.
3. Voz activa: favorecer la voz activa sobre la pasiva para que la escritura sea más directa y atractiva.
4. Estructura lógica: debemos ser capaces de organizar el contenido de nuestros documentos en un orden lógico, utilizando títulos y subtítulos para guiar al lector a través del texto.
5. Pronombres personales: usar pronombres personales (por ejemplo, “nosotros”, “tú”) para hacer que el texto sea más identificable.
6. Evitar dobles negativos: evitar construcciones complicadas como dobles negativos que hacen que las oraciones sean más difíciles de entender.

7. Viñetas y listas: emplear viñetas o listas numeradas para dividir información compleja en partes que sean más manejables.
8. Ejemplos y explicaciones: al incluir ejemplos y explicaciones para aclarar conceptos complejos o principios legales le hacemos la tarea más sencilla al lector.
La tendencia actual para que desde la abogacía se utilice un lenguaje jurídico sencillo parte de la idea de que los documentos y las normas jurídicas (incluyendo las decisiones judiciales o administrativas) cumplen mejor su propósito cuando son comprendidos directamente por quienes se ven afectados por ellos. Este enfoque no se trata sólo de simplificar el lenguaje sino también de hacer que los documentos legales sean más efectivos, garantizando a la vez que la información jurídica sea accesible para todos, independientemente de su experiencia jurídica.
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