Deber democrático más allá del voto
Especialista certificado en Derechos Humanos
Conoce los parámetros de protección de derechos a través de las técnicas de interpretación más novedosas, las cuales serán herramientas para ganar asuntos, defender a víctimas y argumentar mejor en demandas de amparo.
Por Mercedes Carbonell Peláez
Muchas veces pensamos que la responsabilidad de las y los ciudadanos en una democracia termina una vez ejercido el voto. Sin embargo, esta concepción limita, por un lado, el sentido de la democracia a su faceta electoral y, por otro lado, reduce la participación de la ciudadanía únicamente al momento de acudir a las urnas.
Si entendemos la democracia como un proceso continuo y no como un evento aislado, es necesario ampliar nuestra mirada hacia otras formas de involucramiento cívico. ¿Qué otras actividades podemos realizar para contribuir activamente a la construcción y el fortalecimiento democrático?
Existen dos grandes vertientes para la participación ciudadana: la vía no institucionalizada y la vía institucionalizada. Ambas son complementarias entre sí, no basta con tener sólo una de ellas, y son esenciales para el fortalecimiento de una democracia robusta y verdaderamente incluyente.

Por un lado, la participación no institucionalizada incluye formas de acción colectiva que, aunque no están reguladas formalmente por el Estado, son legítimas y socialmente reconocidas. En esta categoría se encuentran las movilizaciones ciudadanas (marchas, huelgas, protestas), las campañas ciudadanas, el activismo digital, la organización vecinal autónoma y las intervenciones simbólicas o artísticas con fines políticos o sociales.
Por otro lado, la vía institucionalizada implica mecanismos formales establecidos por la ley que permiten a la ciudadanía incidir en la toma de decisiones públicas o cierto grado de involucramiento en la gestión de los asuntos públicos. Además del voto para elegir representantes en distintos niveles y ramas del gobierno o la emisión de una opinión en plebiscitos o revocaciones de mandato, existen otros mecanismos relevantes:
1. Presupuesto participativo
Espacios donde la población puede elegir en qué se gasta una parte del presupuesto público. La participación puede abarcar desde el diagnóstico de necesidades, la elaboración de propuestas, la votación de proyectos y la vigilancia en la ejecución del gasto.
2. Comités ciudadanos
Cuerpos de representación vecinal que varían según la entidad –por ejemplo, Comisiones de Participación Comunitaria en la Ciudad de México o Comités de Participación Ciudadana en el Estado de México– y que fungen como canal de comunicación entre la comunidad y las autoridades para que las primeras puedan canalizar inquietudes o necesidades a las segundas.
3. Mecanismos de acceso a la información y rendición de cuentas

Son espacios para que la ciudadanía solicite explicaciones sobre las acciones del gobierno. Esto se puede realizar mediante solicitudes de información específica, la participación en audiencias públicas informativas sobre proyectos o procesos gubernamentales y los cuestionamientos directos a las autoridades sobre decisiones o políticas públicas.
4. Observación electoral
Ejercicio de supervisión el desarrollo de la jornada electoral, desde la instalación de las casillas hasta el cierre hasta la lectura de los resultados en las sedes de los Consejos Distritales.
El próximo 1 de junio, las y los ciudadanos tendremos la oportunidad de participar en un ejercicio inédito: la elección directa de personas juzgadores, magistradas y ministras del Poder Judicial. Este momento histórico exige no sólo acudir a votar, sino también asumir un rol más activo y vigilante.
Una manera de hacerlo es a través de la observación electoral ciudadana, donde podemos supervisar el desarrollo de toda jornada electoral. Este ejercicio fortalece la transparencia y nos recuerda que la democracia se construye de diferentes formas y no sólo por medio del voto.
Recuerda que tienes hasta el 7 de mayo para registrarte como observadora u observador electoral, completar la capacitación y enviar tu solicitud de acreditación. Porque construir una democracia sólida y participativa no es tarea exclusiva del Estado, sino un trabajo colectivo en el que cada voz y cada acción cuentan.
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