Descripción
México necesita una abogacía muy distinta a la que hoy en día se ejerce de forma mayoritaria. Una abogacía renovada, empática, con altos estándares éticos, con proyección hacia temas novedosos, con compromiso cívico y con capacidad de aportar propuestas a los grandes problemas nacionales.
Esa es la abogacía que Lisbeth Rondón propone para sus futuros lectores a través de un mensaje claro: al estudiar derecho no solamente debes obtener conocimiento técnico sobre las diferentes áreas del ordenamiento jurídico, sino que debes aprender a gestionar tus emociones, a tener una adecuada predisposición psicológica para el aprendizaje e incluso una fortaleza de ánimo que te ayude a no rendirte a la mitad del camino.
La autora desarrolla en las páginas del libro reflexiones derivadas de su experiencia docente pero sobre todo de su sensibilidad humana, lo cual la lleva a intentar ayudar a quienes están comenzando la travesía retadora y compleja del estudio del derecho. La publicación de este libro llega en un momento oportuno, en el que debemos pensar a fondo sobre el modelo de la enseñanza del derecho y el modelo de ejercicio profesional que se requiere en la actualidad.
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